jueves, 6 de agosto de 2009

- Estefan!- grite asustada poniéndome de pie sobre una cama, era una habitación oscura para los demás pero llena de luz para mí. Estaba sucio y desordenado como debería de ser la habitación de un vampiro.Carol! Al fin despiertas amada mía! Ahora podremos estar juntos!- gritaba con una gran sonrisa dibujada en su pálido rostro. Tal vez antes no lo notaba como ahora pero era muy pálido, la piel de un muerto. Sus ojos que me parecían hermosos ahora se veían vacíos.
- Juntos por la eternidad, Carol cuanto tiempo espere este momento. No tengas miedo, yo estoy aquí. .- Sus pensamientos los podía escuchar claramente, su amor combinado con deseo lo podía sentir correr por mis venas y mi corazón marchito retumbaba de dolor.
- No!- grite al verme. Un espejo roto se encontraba frente a mí y podía ver a una hermosa chica pálida, con un perfecto y largo cabello negro, sus ojos rojos llenos de sed, llevaba un hermoso vestido blanco y en su cuello la marca que le habían dejado los afilados colmillos de un vampiro. Maldito seas! Tu que me arrebataste mi vida! Te odio! Te odio!
- No me odies. No me hagas sufrir Carol! Porque no me amas! Yo se que sientes mi amor, te amo!
- Que me hiciste! Porque!- gritaba alejándome.
- No puedes ir a ningún lado, ahora me perteneces. Bebí tu sangre y tu bebiste la mía, yo no te obligue a nada tu lo deseabas! Siempre lo deseaste! Tu lo dijiste una vez, nunca desperdiciarías la oportunidad de estar con un vampiro! Y ahora es así, estaremos juntos por la eternidad!
- Estas loco! Déjame!- grite cuando al fin había encontrado una puerta.
- Claro que lo estoy! Me volví loco desde la primera vez que te vi y no pude tocarte, tenia que esperar el momento adecuado y al fin llego! Me amas! Porque no lo admites! Porque engañarte si así es!- decía tomándome por los brazos.
- Suéltame!-grite empujándolo y salio volando hacia una pared. Era fuerte tenia los poderes de una recién nacida. Leer tantas novelas daría resultado. Abrí la puerta…
- Ah!-grite cegada por la luz. Mi piel ardía.
- No!-grito Estafan empujándome de nuevo hacia la habitación.
- No puedes salir, aún es de día. Tenemos que esperar hasta la noche entonces iremos de caza. Necesitas alimentarte.- La mirada de Estefan era reconfortadora, como un padre hacia su hijo pero este no me tenia amor fraternal, era un amor mucho mas fuerte. Me recosté en la cama tratando de concentrarme, había mucho ruido ahí dentro, la impaciente voz de Estefan por tenerme entre sus brazos y mas voces que hablaban a la vez.
- Tranquila Carol. El ruido pronto se irá.
- Donde, donde esta July- logre decir después de unos instantes, las voces poco a poco fueron desapareciendo.
- Está bien, en su casa.
- Sabe que…
- Te vio. Lo sabe todo pero digamos que la convencí de que nada paso que solo fue un sueño.
- Tengo que hablar con ella.
- Eso será después, el sol se ah puesto y el momento de salir ah llegado.

Estefan me tomo de la mano y avanzamos. Abrió la puerta y la luz ya no me cegaba más. Había unas personas pero había podido controlar las voces de sus cabezas. Estábamos en el bar, completamente vació a excepción de los que hacían la limpieza. La calle estaba oscura y era alumbrada por los postes de luz pero yo podía ver perfectamente. Algunos gatos paseaban bajo la luz de la luna y los grillos cantaban.

- A donde vamos?- pregunte ya que Estefan había dicho que íbamos de caza, pero a donde.
- La sierra es el mejor lugar de por aquí.
- Que! Pero…como llegaremos?
- Volando- contesto con una encantadora sonrisa que si aún pudiera sonrojarme, ese hubiera sido el momento perfecto y Estefan lo noto, incluso ambos pudimos sentirlo.
- Que? Volar pero, puedes convertirte en…murciélago?
- Si. Podemos convertirnos en murciélagos.- era cierto ahora yo también era, vampiro.
- Solo tienes que concentrarte, visualizar su forma y agitar las alas, al principio se siente algo extraño pero después de acostumbras.
- Ah…-nunca pensé en hacer algo así, me gustaban los murciélagos pero no me gustaría ser uno. Tenia que hacerlo, imagine un ratón con alas y rápidamente pude ver mis brazos y piernas desaparecer hasta convertirme en un pequeño murciélago.
- Supongo que leer tantas historias te facilitara las cosas- escuche decir a Estefan. Se suponía que los murciélagos eran ciegos y solo podían escuchar vibraciones pero yo podía ver y escuchar perfectamente. De pronto Estefan cerró los ojos y se convirtió en murciélago.
- Solo agita las alas rápido y constantemente, y sígueme- escuche en mi pequeña cabeza de murciélago. No entendía muy bien pero lo hice, agite mis alas y seguí a Estefan. Podía ver la ciudad desde el cielo, la oscuridad invadía y yo volaba sobre esta. Al principio me sentía extraña, las luces y el ruido me mareaba pero poco a poco me fui acostumbrando podía volar! Me sentía feliz, el viento entre mis alas y en mi rostro, nunca imagine poder hacer algo así, sentía la felicidad de Estefan a mi lado. De pronto las luces habían desaparecido y ahora volábamos sobre las montañas, Estefan bajo hasta un árbol y quedo colgado, de pronto se transformo de nuevo en humano o vampiro, fuese lo que fuese y me concentre en mi forma humana otra vez, caí llenándome de tierra pero sin ningún dolor.
- Eres tan perfecta siendo humana que como vampiro Carol- dijo Estefan observándome con amor. Yo no podía decidir bien mis sentimientos y solo le hice una cara de fastidio.
- Muy pronto lo entenderás Carol .-escuche el pensamiento de Estefan.
- Y ahora?
- Tienes que utilizar tu olfato, hay muchos animales por aquí.
- Como un animal?- pregunte con cara de…asco.
- Tienes que utilizar tus instintos Carol, ahora eres…
- Si, lo se! No lo tienes que repetir!
- Tienes que entenderlo! Ya no eres humana, ahora te alimentaras de sangre! Es lo único que necesitas…
- Y yo te necesito…- escuche en sus pensamientos de nuevo…
- Puedes dejar de pensar en tus palabritas de amor por un instante…
- OH Carol! Como me puedes pedir algo así!- se acerco y me tomo entre sus brazos, podía sentir su dolor. De pronto un dulce olor llego, sangre. Siempre me había preguntado sobre su sabor, pero esa noche que probé la de Estefan, no había nada comparado con su sabor. Este se acercaba…por mi derecha era un gran gato montés, escuchaba el palpitar de su corazón su sangre tibia recorrer sus venas. Como un animal me solté de Estefan arrojándome contra el gato, me miraba con ojos de terror pero sin pensarlo una vez, le clave los colmillos, afilados salieron de mis encías y perforaron la piel, absorbiendo el dulce sabor de su sangre pero que aun así no ce comparaba con la sangre de Estefan. El pobre animal gemía de dolor mientras yo absorbía cada aliento de su vida, podía ver su vida recorrer frente a mis ojos, cuando nació, su primera caza y ahora, su fin. Después escuche el correr de una pequeña ardilla, venia justo detrás de Estefan, rápidamente el la tomo entre sus manos matándola, su pequeño corazón dejo de latir y yo ahí junto al cuerpo sin vida del gato con sangre en mi boca Estefan me entrego a la ardilla, su sangre aún estaba tibia y dulce cuando le encaje los colmillos. Estefan me miraba complaciente y yo me sentía satisfecha. Me ofreció su mano para ponerme de pie y con su dedo limpio la sangre de mi boca. En sus ojos veía mi reflejo, se sentía contento.
- Tu no vas a…-pregunte refiriéndome a que si no iba a comer.
- Te dije que me sobrealimente ya que iba a tenerte cerca pero ahora que estas muerta no encuentro ningún peligro.
- Que hora es?
- La verdad…no lo se. Pero faltan 2 horas para que amanezca.
- Entonces tenemos que volver, cierto?-pregunte, si los vampiros eran como suponía…
- Tu, si yo no.
- Que?
- Si estas bien alimentado, el sol no te hará ningún daño pero como tu eres una recién nacida, tal vez te dañe.
Volamos de nuevo por la ciudad hasta llegar al bar.

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